Esta actividad la hemos utilizado en las clases de Educación Infantil de cuatro años (seguiremos haciéndolo con el resto de clases) con el objetivo de trabajar las sensaciones, la percepción y la relajación, ya que son capacidades básicas del ser humano, tratando de optimizarlo en la relación con su entorno y aprendizajes. Así, con elementos como las texturas, los colores o los aromas, nuestros alumnos y alumnas exploran, descubren y disfrutan del mundo de los sentidos y los afectos.
He fabricado botellas sensoriales de diferentes colores y materiales, los cuales estimulan su curiosidad, interés y deseo de explorar.
Las botellas son muy sencillas de elaborar. A botellas de agua que reciclaremos para darles este nuevo uso, les podemos meter arroz, macarrones, pajitas a trocitos, purpurina de diferentes colores con cola y agua, etc… Os muestro algunos ejemplos:
También exploramos diferentes
texturas con las bolsitas sensoriales, que se rellenan de diferentes materiales para
averiguar si son rugosos, lisos duros, blandos…
Además de las bolsitas, he fabricado un libro de texturas, con el que han jugado con los ojos tapados a averiguar el material que estaban tocando. Aquí os enseño como ha quedado:
Además, en esta sesión hemos
jugado con los instrumentos musicales para mejorar la discriminación auditiva, experimentando con la música y las cualidades del sonido: sonido-silencio,
fuerte- flojo, largo-corto, adivinamos con los ojos cerrados que instrumento
suena, memorizamos secuencias de sonidos, etc.
Otra de las actividades que hemos
llevado a cabo ha sido jugar a ¿a qué huele? Este juego consiste en trabajar con diferentes olores, clasificados en tarritos, como agradables y desagradables y adivinar de qué olor se trata
(vainilla, chocolate, colonia, vinagre, limón, aceite, etc.).
Como habéis podido leer son
actividades muy sencillas y de fácil elaboración para llevar a cabo con vuestros hijos e hijas, y, a la vez que se juega, permiten el aprendizaje.
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